martes, 13 de octubre de 2020

Bajo el Metal de Irene Morales

 


Voy a hacer un paréntesis en el Escritober para subir las reseñas de los libros que estoy leyendo por el #LeoAutorasOct. Como opositora para bibliotecaria y lectora (e intento de escritora) que soy, me he propuesto recomendar libros que estén en la biblioteca para reivindicar la labor de democratización de la cultura que se lleva a cabo en estas instituciones. En este caso he elegido eBiblio de la Comunidad de Madrid, plataforma de préstamo de ebooks. 

Hoy le toca el turno a Bajo el Metal, de Irene Morales. Ya había leído un relato de la autora y sabía que me iba a gustar mucho la forma de escribir que tiene. Así que, al lio.

Sinopsis

Japón, 2304.

Hotaro e Ichiro son dos mecatrónicos de los bajos fondos de la desértica ciudad de Tokio. Su fama de aceptar cualquier encargo, por truculento o retorcido que sea, lleva a un capo de la mafia a proponerles un nuevo y jugoso trabajo: arreglar y actualizar al último neómano del país, un androide ilegal al que planea subastar entre las altas esferas. El problema surge cuando Hotaro, encargado de la actualización de Akaashi, el androide, empieza a sospechar que no solo los pujadores están interesados en el robot y que un solo paso en falso podría desencadenar la destrucción (o salvación) de la ciudad.

Reseña

Como ya he remarcado antes, la forma de escribir de la autora me parece preciosa. Delicada pero a la vez certera y fuerte. Los detalles de cada uno de los personajes: el pelo blanco, las pupilas plateadas y doradas, el cielo anaranjado, los negros, los blancos y los grises de la ropa. Podía imaginarme todo como si estuviera viendo un anime, pero tan real a la vez. El sistema de castas, la desertización, que los ricos sean muy ricos y los pobres muy pobres me recuerda un poco a ese futuro (o no tan futuro) que podría desencadenar este capitalismo feroz en el que vivimos. 

Los miembros del Katowl me han encantado. Hotaro, que no para de liarla. Nanase, una persona más bien silenciosa e Ichiro, que tiene ese toque irónico. Son personalidades muy marcadas, muy bien definidas, tanto que te sientes parte del grupo. Dan ganas de echarle un poco (bastante) la bronca a Hotaro. 

Me ha faltado un poco de Sen y Akane, ambas tan diferentes pero tan enamoradas. Resalto sobre todo a Karma, que me recuerda a mi un poco, queriendo hacer el mundo arder si con ello puedo rescatar a mis amigos. 

Y Hotaro y Akaashi... que voy a decir. Se enamoran de una forma preciosa, viendo lo que hay dentro de cada uno. Y bueno ESA escena de la que no voy a hablar pero: wow, cómo está explicada. 

Aunque me ha encantado en todos los sentidos, si que me he hecho un poco el lío con el epílogo y con los parentescos. Creo que necesito una relectura porque hubo detalles que me perdí por estar deseosa de saber que pasaba con la historia de amor, lo reconozco. 

Opinión personal

A veces esperamos de la ciencia ficción que nos cambie los esquemas social y tecnológicamente hablando. Pero también, en tiempos pasados y aún en la actualidad, a algunas personas les es imposible amar lo desconocido o lo diferente. Dejar de odiarnos por características diferentes no es una fantasía, pero lo parece. Una historia de amor puede romper los esquemas del presente. Y bueno, no sé si la autora quería esta reflexión o si se entiende bien, pero es algo que me ha hecho pensar bastante.

Otra reflexión es: puede que en el siglo pasado existieran autores famosísimos y buenísimos  pero AHORA también existen. Que mejor que darles su espacio en el tiempo presente y futuro, que es lo que se merecen. 

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